viernes, 18 de marzo de 2011

O no serás nada...

¿Será que no tengo más nada que escribir?

¿Será que no tengo más ideas en la cabeza que pueda plasmar en este blanco mar?

¿Será que se el miedo se apodero de mi y bloqueo mi imaginación?

¿Será que los planetas se comenzaron a alinear?

¿Será que la vida nos pego durante infinito tiempo, en infinitas ocasiones y de innumerables maneras?

¿Será que mi corazón tiene tanto dolor como cicatrices, como partidas, como derrotas?

¿Será que los engranajes comenzaron lentamente a moverse?

¿Será que el balón volvió a rodar?

¿Será que estamos dentro del campo de juego nuevamente?

¿Será que estamos en medio de un encuentro y no queremos volver a perder?


...lo que tenga que ser, será... seras lo que debas ser o no serás nada...

lunes, 14 de marzo de 2011

La cuarta dimensión

Durante muchos años la soledad fue mi compañera.
Conviví con ella en el momento en que ahora creo que es la mejor edad de la vida.
Nunca llegamos a llevarnos bien, pero hicimos lo posible por ambos disimularlo.

Fui afortunado, nunca falto una buena silueta en mi cama, pero al final de cada noche la soledad, el cargo de conciencia, y todas las ramas del mal estar emocional se adherían al cuerpo de mi compañera de momento.

En una ocasión sucedió algo muy particular. Las primeras luces del día apenas asomaban por las rendijas de mi cuarto, pero las ventanas de mis ojos estaban abiertas desde hacia mucho rato.
Parecía que las de ella también ya que cuando me di cuenta estaba acariciando mi torso de forma muy especial, diferente.
Creo que fue esa forma de moverse que me hizo entrar en una especie de trance, algo que para mí, muchos años después definiría como una especie de "cuarta dimensión". Un estado intermedio entre estar dormido y estar despierto. Poder sentir lo que sucede alrededor, escuchar voces, sentir olores, pero, donde los ojos ven, o mejor dicho, imaginan, una realidad diferente.
Recuerdo que su mano pasaba por mi pecho y de repente paso por mi cara, y se estiro, siguió recorriendo el resto de mi rostro, y se estiro... y a medida que se movía me iba mostrando otra cosa, se iban transformando los elementos de alrededor, la cama ya no lo era, se había convertido en una mesa, las cortinas se transformaban en azulejos rosados, la televisión en una cocina, el aire acondicionado en una heladera, sus manos en las manos de ella, su brazo en los de ella, su cara en una alarma, en el abrir de mis ojos, en la realidad, en un momento, en la soledad.

Al menos por un momento, por un instante pude imaginarme lo que sería la felicidad junto a ella, los que sería una bella realidad convertida en sueño.
Las alarmas me hicieron saber, que no siempre los sueños se hacen realidad, o mejor dicho, los protagonistas no siempre son los que pensamos.

viernes, 11 de marzo de 2011

Armadura de metalcristal

Solo recuerdo que iba caminando por las calles de Montevideo.
De repente la vi sentada en el cordón de la vereda con las manos agarrando su cabeza.
El sonido del universo se había detenido, solo se escuchaba el llanto de esta persona.
El mundo había perdido el color, ya que todo a mi al rededor era blanco y negro, excepto sus increíbles ojos celestes.
Escuchó que mi sombra se acercaba y giro su rostro, me miro fijo a los ojos y ahí comprobé lo que antes les decía.
Tan solo de mi boca salieron un puñado de palabras: "¿Cómo te llamas?"
"María", me contesto y volvió a colocar su cabeza entre las manos, y yo seguí camino.
El mundo recupero el color y el universo el sonido, pero nunca más pude olvidar su cara.
Jamás la vi nuevamente, pero durante muchos años, cada domingo, a la misma hora, pasé por el mismo lugar, con el fin de escuchar una vez más esa palabra... "María".


Como cada mañana abrís tus ojos y bajas por la larga escalera que separa tu colchón del
mundo de tus sueños, donde te gustaría estar, donde te gustaría vivir, donde todos los
problemas se solucionan con tan solo girar tu cara en la almohada.
Lavas tu cara, cepillas tus dientes y antes de salir a la calle tenés que vestirte ¿A quien
se le ocurres salir desnudo a esa gran jungla de cemento?
Te pones la pechera, la parte de los brazos, las piernas, las protecciones de los pies y por
sobre todo, tu casco, aquel que tapa tus verdaderas expresiones y demuestra para el reto
que sos un fuerte, poderoso e indestructible guerrero.
Tan solo se ven tus ojos, es todo lo que tu armadura permite ver. Dos esferas perfectas
blancas y transparentes que encandilan con el solo contacto del aire. Lo que nadie sabe
es que esa luz es artificial, que no es tu propio brillo, que por eso te pones esa coraza de
metal cada mañana y que solo sale de tu cuerpo al momento de volver a tu mundo de
sueños.


La calle, una versión moderna de la época del Rey Arturo.
Todos con sus protecciones pendientes de que nadie les genere ni le cause daño alguno.
A la defensiva, no valla a ser cosa de que por una nueva herida se vuelva a sufrir.
Pero no todos lo notan, no todo el mundo nota los cuerpos de metal, ya que no todos
tienen que sentir el dolor del daño que lleva el resto.
No se dan cuenta, o por dichosos o por que son aquellos que causaron el sufrir.
Al vernos solo se nos cruza una cosa por la cabeza, “pronto brillara mi luz y ni la más
fuerte de las armaduras podrán ayudarte”.


Termina el día. Nuevamente la rutina de cada jornada llega a su fin. Cumplimos con la
rutina de puertas adentro, la familia, los vecinos, y por supuesto nosotros mismos.
La luna esta en los más alto del cielo, la escoltan infinidad de estrellas, claro, no tiene
armadura, pero si custodia, así cualquiera.
De a poco vas sacando los elementos de metal que te recubren hasta quedar pura y
exclusivamente VOS.
Apoyas tu cabeza en la almohada, miras de costado y ves el reflejo de tu cara que te
mira desde un espejo, y antes que se cierren tos ojos te dice: “menos mal que no se
dieron cuenta que la armadura que llevamos puesta, es fuerte como ninguna, pero frágil
como el cristal”


Dedicado a MAV.

                                                     MSY

lunes, 7 de marzo de 2011

Bla bla bla bla bla

No hay nada más poderoso que una palabra.
Filoso, cortante, penetrante e hiriente en algunos casos, dulce, sutil, cariñosa y confortante en otros.
Las palabras nos dan el poder para elevar o hundir a cualquiera con tan solo abrir nuestras bocas.
Pero en algunas ocasiones, en este momento creo que en la gran mayoría de los casos, se mal interpretan y de estar en un pedestal en el paraíso, pueden hacernos decender hasta un poso en lo más profundo del infierno.
Podemos ser los sucesores de Gandhi, o la misma reencarnación de Hitler, por tan solo decir una palabra o por no decirla también.
Con la tecnología que en estos días tenemos, las palabras de los otros están presentes en todo momento, en todo lugar, llueva, truene, relampaguee o en medio del día más hermoso de la historia, pero con esto también llegan las confusiones y con estas las peleas, las caras largas, las lagrimas, las sonrisas de instantes y las frustraciones posteriores. Todo por que A le dijo a B, algo C sobre D, pero B interpreto que A no dijo ni C ni mucho menos E si no que le había dicho F cuando en realidad esperaba que le comentara X Y o Z.
Malas interpretaciones, expresiones mudas, todo es nulo cuando mediante esta vía se realiza.
En este mismo momento usted puede intentar imaginarme como estaba al momento de narrar estas palabras, que emociones estoy evocando en ellas, si están realmente cargadas de un potencial sentimiento o si simplemente escribo lo que un puñado de leectores quieren leer, como diría Charly García, filosofía barata o zapatos de goma (cualquier semejanza con algún alquimista o con un psicólogo que "bucay" soluciones a problemas propios, es pura coincidencia)

Solamente las palabras están completas cuando van acompañadas de miradas. Sin los ojos no son nada.
LAS PALABRAS SALEN POR LOS OJOS, el sonido por la boca.

Sería bueno hablar, agradecer, opinar, gritar, sacar juicios de valor y todo lo que se pueda hacer con palabras, personalmente, con ayuda de los ojos, de ese modo se podría llegar a entender la gente, caso contrario, los malditos sumaran en cantidades, los despechados duplicaran sus cifras y los pobres seres humanos seguiran preguntandose en cada instante: "y ahora,  ¿qué dije de malo?".

jueves, 3 de marzo de 2011

El día a día

Sigo sorprendiéndome con las cosas que algunas personitas que leen esto siguen escribiendo.
Hoy es el turno de Magna Aquino, realmente una gran persona de un gran corazón.


"La vida nos presenta día a día distintas situaciones: de alegría, tristeza, desilusiones, sorpresas gratas, soluciones y problemas…Saber afrontarlas no es fácil, pero nadie nace sabiendo, la sabiduría llega con el pasar de los años y de estas mismas situaciones. Sentarse a pensar cómo solucionarlas es parte de nuestro crecimiento, de nuestra maduración como personas; pedir un consejo es parte de darnos cuenta de que solos no podemos y no está mal hacerlo. Clamar a Dios en nuestros momentos de debilidad es nuestra salida de emergencia. Tomar decisiones y darnos la cabeza contra la pared es lo que nos ayuda a crecer. Tenemos el don del discernimiento y de poder elegir qué camino tomar, somos dueños de nuestras vidas y hacedores de nuestro propio destino y eso nos hace libres.
Nada ni nadie debe frustrar tus sentimientos ni tu pensar!... y en tus momentos de furia y cólera recuerda los de paz y alegría, y ya estando tranquilo es momento de tomar tus decisiones, usa tu cabeza, confía en tu cordura, lo que decidas será lo correcto…
Nadie dijo que crecer fuera fácil, pero tampoco debe ser horrible. Abraza la vida y trata siempre de aprender bien, sólo para hacerla tuya."

Los momentos son a diario más complicados, la vorágine nos hace  actuar extraño. 
Mirar a través de una cerradura para confirmar del que esta al lado nos dice la verdad, buscar la manera de asegurarnos que nuestras clemencias al Señor le llegan y no se callo el sistema. 
Nada ni nadie ni nosotros mismos debemos frustrar nuestro pensamiento, es lo que nos hace libres y únicos, algo que hoy en día es cada vez más difícil... ser ÚNICOS