sábado, 9 de julio de 2011

La ninfa del desierto

Por más que mil preguntas me haga, me conformo con una sola respuesta. ¿Por qué?
En los cambios de estación, de verano a otoño, las hojas no se convierten de verdes a marrones y caen de los árboles de un instante a otro.
Lo mismo con los sentimientos, creo que no cambian de un día para el otro de blanco a negro o al revez.
Me puedo clavar una espina en el dedo, y tendría que poco a poco sacarla, no cortar el dedo para aliviar el malestar.
Los ojos ciegos no miran, las voces mudas no hablan, pero no hacen falta para entender lo que uno quiere explicar.
¿Por que las mentiras? Pero no a mi, si no a vos mismo. ¿Por que decir No, cuando tu corazón late de ganas de decir que Si? ¿Por que decir Si, cuando la indiferencia ocupa el lugar del protagonista en tu interior?
Te interesas en saber como estoy, por el hecho de que ¿te intereso? ¿te importo? o simplemente te interesa y te importa un si de mi voz para poder dormir ¿Te interesa saber como estoy? Descansa, estoy bien, por que se que actue bien, por que no hice nada que no saliera de mi corazón por que simplemente fui yo, para con vos y fundamentalmente para con migo.
Fue bello creer que algo que fue, pordría haber sido, fue ingenuo creer que algo que podría haber sido, fue.

Fragmento del escrito que Linda, le escribe a Esteban en el libro "La ninfa del desierto", del año 1995

1 comentario: