jueves, 25 de agosto de 2011

Memorías encontradas en un baúl

Argentina - Uruguay agosto de 1980

Me subí al barco, es hora de volver a casa.

Vine a Buenos Aires en busca del consuelo de mi amigo Rubén, estoy un poco triste y cansado, mucho camino recorrido solo y mucha apuesta perdida, no estoy acostumbrado a caminar solo, no estoy acostumbrado a perder.

Cuando llegue de sorpresa a su hogar, Nélida tardo en abrirme la puerta, tenía los ojos rojos de tanto llorar. Horas más tarde me confesó que su tristeza se debía a que hacia dos días un auto se llevo a mi amigo después de haber dado vuelta la casa.

Lo único que hice fue tomar algunos mates, y me quise volver a casa.

Subí al barco, al ir hacia mi lugar, observé que mi compañero de viaje sería ella y no el como siempre me sucedió.

Linda, desde sus ojos hasta los pies (hice un panorama rápido para que no se de cuenta) me dio la sensación de tranquilidad. Me senté a su lado y su aroma me cautivo, supe desde ese primer momento que no lo olvidaría fácilmente.

No sabia como entablar un dialogo, por que realmente había quedado obnubilado ante sus ojos, al parecer ella se dio cuenta y me ahorro la tarea de preguntar. Hacer frío, ¿No?

De ahí en más, hablamos hasta llegar a las costas del otro lado del río de la Plata. ¿De qué? No importaba siempre algún tema salía.

Quedamos en encontrarnos nuevamente, su historia era, en algún punto, similar a la mía.

Me di cuenta de lo que las primeras impresiones me indicaban, el barco era el comienzo, el viaje no era solamente en el agua. Era el principio solamente, mi corazón es lo que tanto deseaba.

Nos encontramos nuevamente, pude mirarla a los ojos y después de muchos años pude ver brillo, nuevamente se dio cuenta. Es por vos, quería volver a verte. Confeso.

Supe que estaba enfermo, que tenía un retroceso, ya que parecía que era un niño de nuevo, y me habían dado mi primer beso en la mejilla.

Tome sus manos y le di las gracias, gracias por hacerme olvidar de mis penas, mi tristeza y un poco de mi.
 
Nos miramos y nuestras miradas desde ese momento fueron solo una.
 
Lo sabía no era y no sería una más.

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