Abrí los ojos.
Con mis manos frote mis ojos por el sueño y el cansancio.
Como una película pasan por mi cabeza las imágenes de un sueño agradable, con una bella mujer, donde lo único que había presente era ella, yo, y nuestros cuerpos.
Cuando estoy por levantarme de la cama algo me retiene, una mano me agarra, me envuelve, me tira para abajo, me dice que me quede, que no me valla. Con mis manos froto mis ojos por el sueño y el cansancio, miro al lado y me doy cuenta que no estoy soñando, que es realidad lo que la noche anterior viví. No estoy soñando, espero nunca despertarme.
No hay mucho que contar. Hay mucho que desear, hay mucho que imaginar.
Solo soñar...
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