viernes, 25 de febrero de 2011

Cerrado... otra vez...

Siento como si mi corazón no latiera, como si no tuviera más fuerza. 
Mis lagrimas no caen para afuera, o por que no tengo más o por que ya no se en que creer para poder llorar. 
No se si mañana repetiré la misma frase de siempre, no se si diré, fue alguien más, alguien del montón, por que realmente no es, no fue y no será. 
No tuvo los ojos de cielo que el gran Heredia, pero si los de la esperanza. 
La esperanza, de vivir, de latir, de sentir y de amar. 
De ser alguien, de ser una suma completa, y no de un solo factor. 
El amor es la suma de dos confusiones, que, cuando se separan serán aún más difíciles de aclarar. Claro, no se le puede buscar una respuesta a algo que no tiene una pregunta. No se pueden encontrar respuestas a sentimientos tan efímeros como lo es el amor.  
Una respuesta común para justificar el dolor ageno es: "lo hice por que se me fue de las manos", "pensando en que iba a ser lo mejor", ¿Qué sabrás vos que es lo mejor para mi? si nunca te diste cuenta de lo que mi corazón sentía. 
Victimas y victimarios, los roles cambian cuando el que actuó, si tiene el valor para hacerlo, escucha lo que la victima tiene para decirle, y en estas situaciones un TE AMO puede doler, aunque no parezca, mucho más que lo que nos produciría un elefante al pasarnos por arriba de una mano. 

No se como, no se quien leerá estas lineas en mi diario y te dirá que el corazón que curaste una vez hoy llora nuevamente de dolor, y te hará saber que nunca más actúes pensando que es lo mejor, sin antes asegurarte que para la otra mitad, tu forma de pensar, causa una grieta en medio de su pecho. 

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