martes, 25 de enero de 2011

La ultima carta de mi mazo

Mis queridos amigos/as anónimos, lo que hoy voy a contarles (sí, tienen razón, es tiempo de empezar a decirme viejo, ya que escribo como tal) es el final de una historia. Después de este acontecimiento, nunca más supe nada de la otra persona.
A los hechos me remito.
Antes de conocer a mi actual mujer, estuve casado en otra oportunidad.
En toda pareja, hay cortocircuitos, y todos los sabemos bien, y créanme que esta vuelta no fue la excepción. A lo largo de todo este cuento de amor hubo peleas, pero ninguna realmente importante.
Habían pasado pocos días del febrero de 1975, cuando una mañana de domingo me desperté y ella no estaba a mi lado, en su lugar había un trozo de papel con un mar de letras en el.

"No quiero verte más, esta relación esta terminada, no tiene vuelta atrás, se desgasto como los postes de un muelle donde todos los días las olas lo golpean.
No creo que te des cuenta de nada, solo te importan, tu escritos, y tu trabajo y en el último tiempo han ellos pasado a ser prioridad antes que Yo.
Me voy de mi madre, te pido por favor que no vengas, quiero hacer una nueva vida, y vos no estas en ella.
Te pido por favor que me mandes mis cosas por un flete que mañana a las 9 va a estar ahí.
Fue bueno mientras duró, una pena que no pudiste hacerlo perdurar, te di lo mejor de mí y los mejores años de mi vida. Te quise y te ame--- Virginia"

Estupefacto me quede mirando el techo, mis fuerzas se fueron con el sol en un día nublado. Afuera hacia cerca de 40 grados de calor pero en esa casa, parecía que hacia 100 bajo cero.
Hice caso a su petición,  guarde todas sus cosas y cada a paso que di, cubetas de lagrimas llené.
Solo agregue una carta, diciendo lo que pensaba.

"Respeto tu parecer, como siempre lo hice, pero no pidas que mi corazón entienda tu querer.
Tal vez por que dí absolutamente todo de mi, por que dedique todo mis frutos en llenar tu jardín de ilusiones, que mis ojos o mis oídios por momentos no se posaron en tu egocéntrico y hermoso ser.
También te pediría mis cosas, mis miradas, mis caricias, mis palabras, mis lagrimas, mi sonrisas, todo lo que durante tantos años me diste y que ahora irán a parar a manos de algún hombre seguramente aún más complaciente que yo.
Pero no lo voy a hacer, tan solo te quiero pedir una cosa, una gran MENTIRA, quiero que me digas que me odias, quiero que me des una excusa para poder dejar de amarte como hasta el día de hoy.
Por siempre tuyo, MSY"

Jamás volví a saber de ella, y jamás contesto a mi carta.

¿Habrá sido por que nunca leyó lo que escribí o por que todavía sigue buscando una excusa lo suficientemente fuerte para que deje de amarla?

Prefiero seguir quedándome con la intriga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario