Durante todos los años que tengo me ha tocado vivir diversas experiencias.
Buenas, malas, raras y un tanto particulares.
La de hoy esa dentro del rango de raras y particulares.
Primero lo primero, ¿Qué pasa cuando uno le vende su alma al Diablo? Uno decide entregar esa "cosita" que tenemos dentro a cambio de una gratificación ya sea material, o sentimental, resumiendo y simplificando, uno entrega su alma a cambio de algo (dolor y martirio durante toda la eternidad en el Infierno, nada más y nada menos) .
Desde que supe que este ritual existía pensé en que tiene que haber un contrario, el antónimo.
Lo oscuro no es eso sin lo claro, lo salado no existiría sin lo dulce y el Diablo no compraría almas si en el cielo no se interesaran en ellas.
Ya hace un tiempo me toco vivir eso, casi sin saberlo iba a presenciar el pequeño ritual de lo que seria lo contrario de la venta de un alma a Belcebu.
Fue esa tarde cuando te vi recostada, y mientras, como en todo sacrificio, entregabas TU cuerpo al dolor y de a poco unas lineas se dibujaban en tu espalda.
Era ver como un ángel te entregaba su alma, y se quedaba a vivir para siempre en tu espalda, era ver como un circulo se cerraba, que el eslabón de esa cadena tomaba la fortaleza necesaria para nunca abrirse ni que se rompa.
Ese ángel salvador estaba entrando en tu cuerpo, y en lugar de ver siquiera alguna muestra de dolor solamente vi en tu cara de felicidad, y ese brillo en los ojos que en estos días muy pocos pueden tener.
Era totalmente entendible, el ángel se estaba quedando a vivir en tu cuerpo, y sin pedir nada a cambio cumplía tu deseo.
DEDICADO A MI QUERIDISIMA CARLA PAREDES... ahora ya somos tres... el circulo se cierra...
Iba a decirte que es simplemente hermoso... pero no es simple ¿o si? Se que no te llevó mucho tiempo escribir esto, parecería que pudiste observar toda la situación y volcarla de un solo trazo al teclado, pero a la vez las palabras son tan precisas... Describen tan perfectamente ese momento que compartimos.
ResponderEliminarLas palabras exactas de lo que sentí, de lo que seguramente ese ángel salvador que tenemos sintió en ese instante que pasó a formar parte de mi piel desde ahora y para siempre; lo que debés también haber sentido vos, al sentir que quise seguir tus pasos con esa idea.
Compartimos muchas cosas, y ahora una más, que es eterna, como su huella en nuestra vida, en nuestra forma de ser, en nuestra forma de querer, esa forma tan maravillosa de amar, entregar y dar la vida por los suyos que tuvo y nos enseñó...
Ese ángel entró en mi vida y acaba de salvarla... Hoy me siento imparable, hoy me siento invencible, hoy siento que puedo contra cualquier dolor que el destino ponga en mi camino, porque el dolor más fuerte que tuve que enfrentar hoy se convirtió en alas, me ayuda a volar y me protege de las caídas...
TE AMO, LOS AMO! Gracias por haber estado!